Miami, 24 de noviembre de 2025. — La presencia militar de Estados Unidos en el Caribe continúa en aumento tras la confirmación de recientes vuelos de bombarderos estratégicos B-52 Stratofortress cerca de las costas venezolanas, como parte de una operación regional que Washington vincula a la lucha contra el narcotráfico y a la defensa de sus intereses en el hemisferio.
En los últimos días, al menos tres B-52 —identificados en plataformas de rastreo aéreo con los call signs BUNNY01, BUNNY02 y BUNNY03— despegaron desde la base aérea de Barksdale, en Luisiana, para realizar patrullajes en el Caribe. Estas aeronaves, capaces de transportar armas de largo alcance, fueron escoltadas en algunos tramos por cazas F-35B del Cuerpo de Marines, según registros y reportes especializados.
Las operaciones se desarrollan en el marco de un despliegue mayor coordinado por el Comando Sur de Estados Unidos, que ha reforzado su presencia con aproximadamente 10.000 efectivos distribuidos entre Puerto Rico, el Caribe y áreas estratégicas cercanas a Venezuela. La reactivación de la base naval de Roosevelt Roads, en la isla, también forma parte de este movimiento.
Oficialmente: lucha contra el narcotráfico
El Departamento de Defensa sostiene que los vuelos forman parte de misiones “de interdicción y vigilancia” enfocadas en organizaciones criminales que operan rutas marítimas en el Caribe. Sin embargo, analistas militares coinciden en que el uso de bombarderos estratégicos como los B-52 envía un mensaje más amplio y de mayor peso geopolítico.
Otras maniobras complementarias han incluido ejercicios de reabastecimiento en vuelo con tanqueros KC-135, así como patrullajes que se han acercado a zonas sensibles como la península de Paraguaná, en el noroeste venezolano.
Reacciones y tensiones
En Venezuela, algunas voces dentro del ámbito militar han cuestionado la falta de respuesta pública frente a estos sobrevuelos, mientras que analistas regionales advierten que la creciente actividad militar estadounidense podría elevar la tensión en un momento político delicado para Caracas.
Pese a ello, las aeronaves estadounidenses han permanecido en espacio aéreo internacional y no se han registrado incidentes directos.
Miami, punto clave de seguimiento
Desde Miami, donde opera el Comando Sur y donde se concentran múltiples comunidades venezolanas y caribeñas, la atención sobre estos movimientos ha incrementado. Expertos consultados señalan que este tipo de despliegues suele anticipar fases operativas más amplias, especialmente cuando involucran medios estratégicos como bombarderos de largo alcance.
Por ahora, Washington mantiene su narrativa oficial centrada en la seguridad regional y la disuasión frente a redes ilícitas. Sin embargo, los vuelos de los B-52 añaden un componente simbólico y militar que ha vuelto a colocar al Caribe —y a Venezuela— en el foco internacional.

