San Juan / Miami, 24 de noviembre de 2025 — El general Dan Caine, presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de Estados Unidos, realizó este lunes una visita a Puerto Rico, en un momento clave de la escalada militar estadounidense en el Caribe vinculada a la crisis venezolana.
Según un comunicado del Pentágono, Caine se reunió con los soldados del Comando Sur destacados en la isla para agradecerles por su “servicio dedicado e inquebrantable” en las misiones regionales. Además, visitó uno de los buques de guerra desplegados en el Caribe.
Un despliegue sin precedentes
La visita se produce en medio de lo que varios analistas describen como el despliegue militar más grande de EE. UU. en el Caribe desde la Crisis de los Misiles de 1962. Más de 10.000 tropas estadounidenses estarían movilizadas en la región, incluyendo aproximadamente 5.000 efectivos en bases puertorriqueñas. También se ha desplegado el portaaviones USS Gerald R. Ford, entre otros recursos navales y aéreos.
Este reforzamiento se da en el marco de la “Operación Lanza del Sur”, concebida por Washington como parte de su estrategia antidrogas, aunque también genera preocupación por sus implicaciones geopolíticas dada la proximidad con Venezuela.
Presión sobre Venezuela y nuevas designaciones
Paralelamente a la visita, Estados Unidos ha designado al Cartel de los Soles —organización que según Washington estaría vinculada al régimen de Nicolás Maduro— como “organización terrorista extranjera” (FTO). Esta medida es interpretada por expertos como un paso para abrir nuevas herramientas legales y operaciones contra el liderazgo venezolano.
Reacciones y riesgos
Desde Caracas, el chavismo denuncia que EE. UU. utiliza la narrativa del narcotráfico como pretexto para una ofensiva más amplia con objetivos políticos. Mientras tanto, la FAA (Administración Federal de Aviación de EE. UU.) emitió una advertencia para que las aerolíneas extremen precauciones al sobrevolar el espacio aéreo venezolano, citando un aumento en la actividad militar regional.
Puerto Rico, por su parte, vuelve a ser un punto estratégico de poderío militar para EE. UU.: la isla alberga bases fundamentales para proyectar presencia en América Latina. Esto reaviva cuestionamientos sobre el papel colonial del territorio en la estrategia de seguridad norteamericana.
¿Qué sigue?
Se espera que el general Caine también visite Trinidad y Tobago durante esta gira, reforzando el discurso de “cooperación regional” para combatir el narcotráfico y organizaciones criminales transnacionales.
El contexto es altamente volátil: a medida que EE. UU. fortalece su postura militar, crecen los temores de un choque directo con Venezuela o nuevas maniobras encubiertas, todo en una región donde los viejos fantasmas de la Guerra Fría vuelven a manifestarse.
