La líder opositora venezolana María Corina Machado arribó a Oslo, Noruega, desafiando una prohibición de viaje que pesaba sobre ella desde hace más de una década. Su llegada fue confirmada por fuentes del Comité Noruego del Nobel y por medios internacionales, luego de que la activista permaneciera en la clandestinidad durante casi un año para evitar ser detenida por el régimen de Nicolás Maduro.
Machado, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2025, no logró asistir a la ceremonia oficial realizada horas antes, por lo que su hija recibió el galardón en su nombre, una imagen que se convirtió en símbolo de su situación política en Venezuela. Sin embargo, su llegada a Oslo marcó su primera aparición pública en meses y reactivó la discusión internacional sobre la persecución política en el país.
De acuerdo con reportes de prensa, su salida de Venezuela involucró una travesía compleja y de alto riesgo. Medios internacionales detallan que la dirigente habría utilizado distintos métodos de transporte y apoyo logístico para evadir a los cuerpos de seguridad del Estado, incluyendo ayuda internacional en momentos críticos.
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Una vez en Oslo, Machado ofreció declaraciones públicas en las que agradeció el respaldo internacional y destacó que su lucha “representa el derecho de los venezolanos a vivir en democracia”. También elogió acciones recientes del gobierno de Estados Unidos y renovó su llamado a mantener la presión sobre el régimen venezolano.
La dirigente se reunió con simpatizantes venezolanos residentes en Noruega y saludó desde las inmediaciones de un hotel en el centro de Oslo, en su primera aparición abierta desde comienzos de 2024. Según medios locales y extranjeros, su presencia generó un fuerte despliegue mediático y diplomático, dada la relevancia del reconocimiento del Nobel y el contexto político en Venezuela.
La llegada de Machado a Noruega reaviva las expectativas sobre su rol en la política venezolana. Aunque sigue siendo perseguida y fue inhabilitada por el régimen, su reconocimiento internacional y su evasión exitosa de la vigilancia oficial la posicionan como una figura central en el debate político global sobre la crisis venezolana.
